Hola.
Hoy os comento sobre el relato "La bestia dentro", de mi 1r libro “Todo es una ficción, Relatos cortos, Vol. I”.
Por lo tanto, es un relato intenso que explora la lucha interna de un hombre contra sus propios demonios, específicamente sus celos patológicos y su tendencia a la violencia. A través de una narrativa que se desarrolla en tiempo real y mediante un diálogo interno constante, el autor construye un retrato psicológico devastador de cómo los celos pueden transformar a una persona racional en una "bestia" guiada por sus impulsos más primitivos.
La estructura narrativa es particularmente efectiva, construyendo tensión a través de una cuenta regresiva espacial: desde la barrera del parking hasta la puerta del apartamento, cada metro recorrido representa un paso más hacia la pérdida del control racional. Esta progresión física se refleja en la degradación mental del protagonista, cuya voz narrativa se va fragmentando progresivamente en dos: su yo racional y su "bestia" interior, representada por una voz que lo incita constantemente a la violencia.
El simbolismo animal es recurrente en todo el relato. El protagonista se compara a sí mismo con diferentes bestias: un "felino hambriento", un "león" acechando a su presa, estableciendo un paralelo entre sus impulsos violentos y la naturaleza salvaje. Sin embargo, a diferencia de los animales que actúan por instinto, el protagonista es dolorosamente consciente de su irracionalidad, lo que añade una capa adicional de tormento a su experiencia.
El espejo funciona como un elemento simbólico crucial: la "puerta-espejo" que refleja sus "ojos rojos" justo antes del clímax representa el momento de reconocimiento de su propia monstruosidad. Este motivo del reflejo se repite a lo largo del relato, desde las ventanas iluminadas del apartamento que parecen "dos ojos alocados" hasta su propia imagen distorsionada por la ira.
La dualidad es un tema central que se manifiesta en varios niveles: el contraste entre razón y emoción, entre civilización y bestialidad, entre amor y posesión. El diálogo interno del protagonista con su voz violenta representa esta lucha constante, donde la racionalidad intenta, sin éxito, contener los impulsos destructivos. La referencia a sus dos divorcios anteriores sugiere un patrón de comportamiento que él reconoce, pero no puede controlar.
El tiempo narrativo está manipulado hábilmente para crear tensión: mientras que la acción principal ocurre en minutos, los flashbacks a sus matrimonios anteriores y experiencias pasadas expanden la perspectiva temporal, sugiriendo que este momento de crisis es parte de un patrón más amplio de comportamiento destructivo.
La crítica social está presente en las reflexiones del protagonista sobre la educación emocional. Su observación sobre la falta de enseñanza en "cuestiones éticas, psicológicas y espirituales" en las escuelas sugiere que su condición es tanto un fracaso personal como sistémico.
El desenlace, con la revelación de que todo era una fiesta sorpresa de cumpleaños, funciona como una cruel ironía que expone la tragedia del personaje: su incapacidad para confiar ha convertido un acto de amor en el catalizador de sus peores impulsos. Las lágrimas finales representan tanto el alivio como la vergüenza del reconocimiento de su propia crueldad.
La voz de la madre aparece como un elemento redentor, descrita como "los cálidos rayos del sol primaveral, sobre el hielo", sugiriendo la posibilidad de derretir la dureza de su condición. Este momento de vulnerabilidad final, cuando el protagonista llora, sugiere un primer paso hacia el reconocimiento y, potencialmente, la sanación.
El título "La bestia dentro" adquiere múltiples significados a lo largo del relato: es tanto una descripción literal de los impulsos violentos del protagonista como una metáfora más amplia de la lucha humana contra nuestros aspectos más oscuros. El relato sugiere que la verdadera bestialidad no reside en los actos de violencia en sí, sino en la conciencia torturada que los anticipa y los teme, pero se siente impotente para evitarlos.
Hasta aquí es todo.
Nos vemos en el próximo capítulo.
Ciao.
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